El blanco que adormece a unos cuantos desfallecidos en sus sillitas les mece a otros cuanto les roba les remece un poco el cerebro. Para mí y para mi huésped es contemplación de lo contrastante. ¿Qué contrasta en el blanco luminoso? El ejército de negros rostros: escalando insolentes sus miradas sobre las murallas y metiéndose sin quererlo como agujas en nuestros ojos -filosos- Me pregunto: -él es hombre o es mujer- , -debe ser hombre, mal que mal, aseguré que era él-.
Y esos otros bien oscuros que no dejan vislumbrar sus almas.
Huésped, ¡te gusta juzgar! -es una linda y hermosa manera de jugar-
Y qué hay... el mundo entero me ha crucificado sin conocer una pizca de mis pecados. NO TENGO GANAS DE CONOCER A NADIE AQUI: nadie ha llamado mi atención para algo más que reír.
Y era hombre... Y cómo cambian las percepciones. Después de todo hay gente de linda apariencia, después de todo y todos, hay un puñado que pondría sobre mi palma y los echaría a mi boca... para conocer, digo yo, más de cerca su sabor.
Va solo y le oferté. Ay que tiernos labios.
Y esos otros bien oscuros que no dejan vislumbrar sus almas.
Huésped, ¡te gusta juzgar! -es una linda y hermosa manera de jugar-
Y qué hay... el mundo entero me ha crucificado sin conocer una pizca de mis pecados. NO TENGO GANAS DE CONOCER A NADIE AQUI: nadie ha llamado mi atención para algo más que reír.
Y era hombre... Y cómo cambian las percepciones. Después de todo hay gente de linda apariencia, después de todo y todos, hay un puñado que pondría sobre mi palma y los echaría a mi boca... para conocer, digo yo, más de cerca su sabor.
Va solo y le oferté. Ay que tiernos labios.
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